lunes, 2 de agosto de 2010

TIPOS DE DISCURSO

DISCURSO LEIDO:

Este discurso se redacta por escrito, pero el orador lo pronuncia leyendo el texto directamente.

El método tiene sus ventajas, pero solo cuando se trate de discursos que deban pronunciarse en ocasiones especiales o cuando un desliz verbal, pudiera ocasionar consecuencias desagradables, cuando se requiera una expresión muy exacta y concisa o cuando deban ajustarse a limites prefijados de tiempo, como ocurre con la radio y la televisión.

DESVENTAJAS: se sacrifica parte del vigor y de la espontaneidad, que son esenciales en la comunicación oral. Se pierde el magnetismo de la mirada, y el discursante suele tomar un tono de voz totalmente distinto del tono de conversación o charla directa, perdiéndose así los cambios de inflexión, que a su vez se traducen en monotonía. Se pierde vivacidad, comunicación y contacto directo.

DISCURSO MEMORIZADO: equivale a leer un discurso escrito en la mente, en vez de leerlo del papel. Inconvenientes; uso de un lenguaje fácilmente identificado como artificial, sintaxis complicada y poca variedad en las inflexiones.

Entre los riesgos que entraña, está el fallo de la memoria, pues el solo cambio de una palabra, rompe la secuencia.

No se toma en consideración ciertas circunstancias o reacciones inesperadas del público; si se produce una interrupción se pierde el hilo, al punto que a veces es muy difícil volverlo a tomar.

DISCURSO IMPROVISADO: Improvisar no es repentizar. Por improvisar hemos de entender el arte y la técnica de decir con palabras diferentes conceptos e ideas ya previstas.

El orador debe saber de ante mano las ideas que va a expresar y confiar su formulación concreta, a la inspiración del momento. Se dicen palabras que no estaban previstas, pero sobre conceptos que ya estaban muy claros. Lo que hace difícil la improvisación, es la facultad de realizarla delante de personas extrañas a nuestra relación habitual y sobre un tema que conocemos poco o nada algunas veces. Sin embargo, cuando las ideas son claras, las palabras nunca faltan.

DISCURSO EXTEMPORE: es un procedimiento combinado. Este discurso está situado a mitad entre el discurso leído y el improvisado y se estructura y prepara en todos sus detalles. Generalmente, se escribe la totalidad del discurso, pero el orador no confía las palabras a la memoria, sino que practica el discurso en alta voz, siguiendo el plan trazado, pero expresándose con ligeras diferencias cada vez que lo pronuncia. Las charlas de clase pueden considerarse la mayor parte de las veces como discursos de este tipo.

http://incoralcomunicaciones.blogspot.com/2008/09/el-discurso-concepto-y-definicion.html

viernes, 30 de julio de 2010

Carmén Lyra


CARMÉN LYRA

En esta mujer morena y menuda, cuyo verdadero nombre fue María Isabel Carvajal, convivieron la Tía Panchita, querida cuentacuentos de grandes y chicos; la niña Marisabel, fundadora de la educación preescolar costarricense; Chabela, impulsora del Partido Comunista y precursora de las garantías sociales, los derechos de la mujer y la creación de la universidad pública y, por supuesto, la escritora Carmen Lyra, creadora de cuentos ficticios y narradora de realidades sociales.

Nació en San José en 1888 y, tras dejar atrás su ilusión infantil de convertirse en monja, cultivó su intelecto con los clásicos franceses del siglo XIX y los rusos más notables. Además, aprendió inglés y francés, y en 1920 obtuvo una beca a Europa, donde se empapó de las teorías educativas de nuestro siglo, principalmente las de María Montessori.

Su obra literaria es vasta e incluye su novela En una silla de ruedas (1919), Los cuentos de mi Tía Panchita (1929) y variedad de ensayos y artículos -Siluetas de nuestra vida republicana (1939), para mencionar uno-.

La guerra civil de 1948 la envió al exilio y entonces se estableció en México, adonde murió un año después, en 1949. Sus restos fueron sepultados en Costa Rica.

http://wvw.nacion.com/ln_ee/especiales/siglo/siglo13/siglo17.html

Ejercicios de Expresión Corporal.

Ejercicios de Expresión Corporal.

jueves, 29 de julio de 2010

La Comunicación No Verbal.

Breve estudio sobre la comunicación no verbal Suele apreciarse que un gesto o expresión puede ser más sincero que la palabra que lo acompaña.

Lic. Sandra Cerro.

Los silencios de algunas personas muchas veces hablan. La voz de los silencios viene dada por aquello que no se dice, pero que sabe expresarse de otras formas, a través del lenguaje del cuerpo y de los gestos.
La mayor parte de las veces, es esta comunicación no verbal es la que prima a la hora de tomar un primer contacto con alguien, la que nos da la primera imagen, esa que es tan difícil de borrar o difuminar después.
Un estudio realizado por el antropólogo Albert Mehrabian lanzó un resultado sorprendente: tan sólo un 7 % de la comunicación entre dos personas se realiza mediante palabras. Un 38 % se comunica mediante la voz y todos sus componentes (volumen, entonación...) y el 55 % restante se lleva a cabo a través del lenguaje corporal (gestos, posturas, mirada...)




A la hora de analizar este tipo de lenguaje corporal hay que tener en cuenta varios factores. Uno de ellos, y fundamental, es el hecho de que todos los gestos no tienen el mismo valor en las distintas culturas o en distintos lugares del mundo. Pongamos por ejemplo el gesto de realizar un círculo uniendo los dedos pulgar e índice: en Estados Unidos significa “OK”, “correcto”; en Francia significa cero o nulo, y en Japón simboliza el dinero, una moneda. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el hecho de que no pueden juzgarse gestos aislados, sino un conjunto de ellos, y dentro de una cierta y adecuada congruencia entre el contexto de lo que se dice y lo que gestualmente se expresa.



Suele apreciarse que un gesto o expresión puede ser más sincero que la palabra que lo acompaña; por ello debe entenderse la palabra como apoyo del gesto, y no a la inversa.
Vamos ahora analizar los tres ámbitos en los que se divide y estudia la comunicación no verbal. Estos son: Kinesia, paralingüística y proxémica.
· Kinesia: Trata sobre la comunicación no verbal expresada a través de los distintos movimientos del cuerpo. Las principales y más estudiadas fuentes de comportamiento kinésico han sido las siguientes:
- La postura corporal: La posición del cuerpo nos va a dar señales sobre la predisposición o no a la interactuación entre interlocutores; por ello se habla de posturas abiertas o cerradas.
Una posición frente al interlocutor es abierta cuando hay un contacto y una disposición de entrega; es una posición avanzada, donde no se ponen barreras al intercambio. Por el contrario, encontramos como ejemplo de postura corporal cerrada, aquella en la que uno de los interlocutores ofrece una posición desplazada o invertida y se cruza de brazos o de piernas, impidiendo la entrada o acercamiento del otro, y ofreciendo una actitud de desinterés o desconfianza.
El ángulo u orientación del cuerpo también nos va a indicar distintos tipos de implicación. Dos personas con intención de competir, normalmente se situarán una frente a la otra; si lo que pretenden es cooperar, se sentarán una junto a la otra y la orientación idónea para conversar, será sentarse formando un ángulo recto.
También es importante observar el movimiento del cuerpo. Es claro que unas personas son más dadas a la expresividad gesticular que otras, pero es esencial mantener una cadencia congruente con el contexto verbal. Un exceso de gesticulación podría hacer perder el hilo de la conversación y provocar nerviosismo o distracción en el interlocutor, del mismo modo que un defecto de gestos acompañantes del verbo, podrían dotar de un excesivo formalismo y seriedad a la conversación.
- Los gestos: Existe un tipo de gestos, llamados “emblemas”, que pueden ser fácilmente reconocidos porque, sencillamente, significan palabras. Pongamos por ejemplo el gesto de mover la cabeza de un lado a otro, que todos entendemos como un “no” más o menos rotundo, o aquel de agitar una mano en señal de despedida. Otro tipo de gestos son los llamados “ilustradores”, que no significan o están íntimamente asociados a una palabra, sino que la acompañan.
Vamos a ver ahora los principales instrumentos de gesticulación del cuerpo, junto con posibles significados de los gestos con que se ilustran actitudes o palabras:





o Las manos:
Una mano honesta, que invita a la confianza, al acercamiento, a la verdad, se mostrará en la extensión de su palma hacia el otro; por el contrario, el gesto de mostrar la palma hacia abajo indica autoridad, posición de dominio. Este mismo simbolismo se aplica al caso del apretón de manos, donde significará también sumisión o dominio el hecho de colocar la mano chocada por debajo o por encima de la del otro. Si la posición es vertical, indicará igualdad y respeto entre las dos personas.
- La mano cerrada en un puño es signo de agresividad, tensión contenida.
- El gesto de frotarse las manos comunica una expectativa positiva.
- Llevarse las manos a la cara en sus distintas actitudes (taparse la boca, morderse las uñas, frotarse el ojo...) indica inseguridad y, en muchos casos, mentira y ocultamiento.
- Tocarse la barbilla es un gesto de duda, de reflexión. Indica que la persona está a punto de tomar una decisión.
- Las manos en los bolsillos con los pulgares hacia fuera es un estado de contención; la persona está intentando disimular una actitud dominante o de superioridad. Curiosamente, este gesto suele ir acompañado de un balanceo sobre los pies, que invita a la impresión de tener mayor estatura.
- También es gesto de superioridad mantener las manos cogidas detrás de la espalda; es claro indicador de arrogancia.
- La actitud de poner las manos detrás de la cabeza, en posición sentado, es signo de seguridad y confianza en uno mismo. Véase que es una posición completamente abierta.
- La persona de pie y con las manos en las caderas está indicando que está preparada para la acción; es una actitud combativa.
o Los brazos:
- El cruce de brazos es un gesto muy frecuente. Es una forma de protegerse y pone una barrera frente a los otros. También puede indicar superioridad, acentuándose cuando la persona cruza los brazos manteniendo los pulgares hacia arriba.
- El cruce parcial de brazos (sujetarse un brazo con una mano) o el hecho de mantener unidas las manos, también son barreras sociales que indican falta de seguridad y de confianza en uno mismo.
También hay gestos de disimulo que sugieren un cruce parcial de brazos, como son tocarse el reloj de pulsera o el puño de la camisa del otro brazo, sostener un bolso entre los brazos o mantener cualquier objeto entre las manos; gestos que implican mantener los brazos en forma de barrera dando sensación de seguridad y ayudando a disimular el nerviosismo.
o Las piernas:
- El cruce de piernas tiene el mismo significado de defensa y protección que el cruce de brazos.
Una variante del cruce de piernas estándar, el “cruce americano”, que consiste en apoyar en una pierna el tobillo de la otra. Este cruce también impone distancias al interlocutor y refleja una actitud de competencia o discusión.
- Un cruce de piernas acompañado por el balanceo de uno de los pies, expresa una actitud de aburrimiento y nerviosismo por impaciencia.
- El cruce de tobillos indica inseguridad e intentos de disimular el nerviosismo.
- La postura de colocar las piernas encima de una mesa indica defensa del propio territorio, superioridad, actitud dominante.
o La cabeza:
- Analizamos las tres posiciones básicas de la cabeza: la primera es con la cabeza hacia arriba o “directa”, e indica una actitud neutral con respecto al otro. La segunda es la cabeza inclinada hacia un lado, e indica interés por lo que se escucha del otro. Y la tercera, con la cabeza hacia abajo, señal de negatividad y oposición.
- La expresión facial:
El rostro es una de las principales fuentes de comunicación kinésica. Diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que son seis las expresiones faciales principales, las que demuestran emociones como alegría, tristeza, asco, enfado, temor y asombro; éstas pueden ser reconocidas como universales.
Otras, más específicas y dependientes de la persona que las realiza, emiten la intensidad de las emociones o señales sobre el estado de ánimo.
- La mirada: Aunque forma parte de la expresión facial, la mirada juega, por sí sola, un papel importantísimo en la comunicación no verbal.
“Quien no comprende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación “ (Proverbio árabe)
Sólo cuando dos personas se miran directamente a los ojos existe una base real de comunicación, pero pueden existir miradas variantes dependiendo de la relación entre esas personas y el tipo de comunicación que se entabla entre ellas. Para entablar una buena relación con otra persona, se le debe mirar a los ojos entre un 60% y un 70% del tiempo. Todo lo menos de este intervalo, implica evitar la mirada del otro y, por tanto, ciertas dosis de ocultamiento y deshonestidad. Si la relación entre los interlocutores está limitada al ámbito profesional o de negocios, es mejor evitar una mirada directa, que pudiera intimidar al otro o mostrar un exceso de confianza; por tanto, es más correcto imaginar un triángulo en la frente de la otra persona y dirigir a él nuestra mirada, lo cual crea una sensación de seriedad y franqueza.
La mirada social cae un poco más abajo; el triángulo abarca desde los ojos hasta la boca del interlocutor, creando una atmósfera agradable. Por último, la mirada íntima, hace un recorrido más amplio, desde los ojos hasta el mentón y, desde allí, hacia otras partes del cuerpo. La mirada, el movimiento de los ojos, además de proporcionar una gran cantidad de información sobre el otro, refleja una amplia gama de expresiones y sentimientos humanos.
· Paralingüística: Estudia las variaciones no lingüísticas dentro del contexto de comunicación, como pueden ser el tono, el volumen y el ritmo.
- El tono: Es el mejor indicativo de las emociones en la comunicación. Una emotividad excesiva, ahoga la voz y el tono se vuelve más agudo, por ello, la mayor proyección hacia los tonos agudos indica inhibición emocional.
- El volumen: Debe ser el apropiado al tipo de conversación que se está manteniendo y procurando un equilibrio con el volumen adoptado por el interlocutor. Un volumen alto implica dominio, sobreposición en la conversación, esa voz quiere hacerse oír; por el contrario, un volumen bajo se asocia a personas introvertidas, cuya voz no tiene intención de hacerse oír.
- El ritmo: Se refiere a la fluidez verbal que tiene una persona. Puede ser lento o entrecortado, el cual implica una huida de la comunicación y un rechazo al contacto social, siendo, por el contrario, un ritmo fluido, ligero, modulado y animado condicionante de una buena comunicación y de un deseo de contacto interpersonal.
· Proxémica:
Es el estudio del comportamiento no verbal relacionado con la utilización del espacio físico inmediato de la persona. Todos tenemos un espacio, digamos de intimidad, entorno a nosotros que, si se ve vulnerado, la mayoría de las veces por desconocidos, nos produce incomodidad.
Ejemplo claro es el encuentro de personas dentro de un ascensor, o nuestro comportamiento dentro de aglomeraciones. En efecto, cuanto mayor grado de intimidad y confianza se tenga con una persona, menor será el espacio físico que mantendremos con ella, y viceversa.



El espacio personal se extiende más hacia delante que hacia los lados, y es menor hacia la espalda. Entre enamorados se permite un espacio mínimo, y está comprobado que suele ser menor el espacio personal mantenido entre mujeres que el que se permite entre hombres.



La forma de contacto más usual es el apretón de manos. Se prefiere y es muestra de mayor cercanía y cordialidad un fuerte apretón a uno flojo y apagado. También son las caricias una muestra de afecto necesaria en todo contacto humano, ya sea íntimo o no lo sea; al igual que una palmada en la espalda como gesto de aliento, o pasar el brazo por encima de los hombros del otro en señal de apoyo y demostración de que puede contar con nosotros.



Las caricias, los gestos, las miradas, pueden sustituir a la palabra con un valor significativo y expresivo muchísimo mayor al de ésta. De ahí la importancia de la comunicación no verbal.

http://www.losrecursoshumanos.com/contenidos/1005-breve-estudio-sobre-la-comunicacion-no-verbal.html

Miedo a hablar en público


Miedo a hablar en público


Como se ha comentado en la lección anterior, el público no es el enemigo, sino que, bien al contrario, son personas que consideran que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándole.

Por ello, no se debería tener un miedo desproporcionado a hablar en público, algo que, sin embargo, suele ser bastante habitual.

Tener miedo antes de una intervención pública es algo natural, por lo que uno no debería ser excesivamente autocrítico consigo mismo por que le ocurra esto, y no por ello ha de considerarse una persona débil e insegura.

Hay que analizar este miedo que a uno le atenaza y tratar de descubrir las causas que lo originan.

Uno se dará cuenta de que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a motivos lógicos (miedo de hacer un ridículo espantoso, de que se rían de uno, de tartamudear, de caer en desgracia, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen…).

Son situaciones que no van a ocurrir y por lo tanto este miedo hay que rechazarlo por absurdo.

Otra tipo de miedo sí puede ser racional: obedece a situaciones adversas que pueden presentarse (quedarse en blanco, no saber contestar a una pregunta, que no funcione el proyector, etc.).

Frente a este miedo racional lo que hay que hacer es tomar todas las medidas posibles para reducir al mínimo las posibilidades de que estas situaciones se produzcan (por ejemplo, llevando fichas de apoyo, preparando el discurso a conciencia, verificando previamente de que el proyector funciona correctamente, etc.).

A veces también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que uno tiene (sudores, temblor en el habla o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil que esto ocurra:

Son reacciones físicas que uno percibe intensamente pero que apenas son percibidas por terceros. Además, en el caso hipotético de que así fuera, el público pensaría que son reacciones muy naturales, que a cualquiera le podría ocurrir.

La mejor forma de combatir el miedo es con una adecuada preparación: hay que trabajar y ensayar la intervención con rigurosidad.

Cuando se domina la presentación se reducen drásticamente las posibilidades de cometer errores; esto genera confianza y disminuye el nivel de ansiedad.

También resulta muy útil pensar en positivo, es decir, en la satisfacción tan enorme que a uno le produciría obtener un gran éxito.

El orador debe autoconvencerse de que con una buena preparación este éxito está al alcance de la mano.

Otro modo de combatir el nerviosismo es realizar, unas horas antes de la intervención, algún ejercicio físico intenso (un partido de tenis, salir a correr, etc.).

Esto contribuye a quemar energías y genera un cansancio físico que contribuye a calmar los nervios.

Cuando llega el momento de la intervención uno debe autoimponerse tranquilidad, especialmente en los momentos iniciales de misma.

Si uno consigue sentirse cómodo al principio, es posible que mantenga esta línea durante el resto de la intervención.

Subir al estrado con tranquilidad, sin prisas, mirar al público unos instantes mientras se le saluda, ajustar el micrófono, organizar las notas... y comenzar a hablar despacio.

A lo que nunca se debe recurrir es a tomar pastillas o un par de "copitas", ya que podrían generar un estado de aturdimiento que dificultase la exposición.

En todo caso, un cierto grado de nerviosismo puede que no venga mal, ya que permite iniciar la intervención en un estado de cierta agitación, de mayor energía.


La Importancia de la Comunicación.


La importancia de la comunicación en las relaciones laborales - Noticias.com

Ene 1, 2010 Noticias


Somos muchos los profesionales que con el transcurso del tiempo y, sobretodo, con la experiencia diaria, nos damos cuenta de la importancia que debe darse a la comunicación en el mundo de las relaciones laborales, además del propio de recursos humanos y de la empresa en general. En este sentido, es fundamental distinguir el público receptor de la información o mensaje a transmitir, y adecuarse en consecuencia a su nivel de interlocución, pues generalmente está alejado del ámbito de toma de decisión o incluso del de la propia negociación.

A los efectos del presente artículo, nos centraremos en la comunicación en el ámbito de las relaciones laborales, dejando claro de antemano que cuando hablamos de comunicación no pretendemos evitar o no seguir los cauces legales establecidos para negociar con los representantes de los trabajadores, sino que nos centraremos en lograr que determinados mensajes lleguen a todos los destinatarios pretendidos con la mayor objetividad posible en tiempo y forma.

“En la negociación colectiva, el tiempo de reacción es fundamental”

La comunicación es trascendente. Tal afirmación cobra mayor importancia cuando estamos negociando con una contraparte que emite y comunica con asiduidad toda aquella información y mensajes que realmente pretende transmitir a sus representados, obviando –en ocasiones- la parte menos atractiva de la información emitida. Es en esas situaciones de cierta tensión propia de la negociación colectiva, donde el mensaje que se pretende transmitir por una de las partes (generalmente la Dirección de la empresa), en ocasiones llega tergiversado o distorsionado, o incluso anulado.

Por ello cuando nos planteamos la razón de ser de la comunicación, que generalmente implica mayor esfuerzo (adicional a la carga habitual de trabajo), debemos partir por definir qué objetivo pretendemos lograr –asumiendo que estratégicamente está decidido y se apuesta por la comunicación-. Así, en función del objetivo a lograr, será fundamental el tiempo, la agilidad y la celeridad en realizar y emitir la comunicación con el mensaje a transmitir.

Es el caso claro que comentábamos de la negociación colectiva. El tiempo de reacción es fundamental y puede dejar inoperante el comunicado que hayamos preparado concienzudamente. Tal situación, en ocasiones no es del todo negativa, pero puede llegar a ser contraproducente, momento que entonces se vuelve en nuestra contra. Emitir mensajes fuera de los tiempos marcados entraña su riesgo, pues como bien reza el dicho: somos dueños de nuestras palabras, a lo que deberíamos añadir, y responsables de nuestras acciones: si estamos negociando y estamos manteniendo un calendario de reuniones o de acontecimientos previstos, no deberíamos emitir comunicados que no informen de la última de las reuniones mantenida (además de las anteriores, si ello tiene sentido), pues será extemporánea y puede provocar reacciones contrarias al buen clima negociador si ya se han alcanzado acuerdos parciales sobre la materia objeto de negociación, además del desconcierto propio del destinatario de la comunicación.

“Deberemos adecuarnos al nivel de interlocución y lenguaje existente del destinatario”

Otro elemento que deberemos analizar y considerar profundamente es el destinatario al que se dirige la comunicación, pues deberemos adecuarnos al nivel de interlocución y lenguaje existente, -marcando incluso el tono del propio mensaje para transmitir emociones si es el caso-, así como a los medios disponibles para llevar a buen cauce la comunicación pretendida. Para ello será preciso contar con un mapa de públicos al que podemos dirigir el mensaje y que lo interpretará. El mapa de públicos puede determinar igualmente el medio a través del cual comunicamos: verbal o escrito, pues no es lo mismo dirigirse a una asamblea de trabajadores con comunicados verbales claros y directos, que emitir un comunicado y exponerlo en un tablón de avisos, aunque el efecto que se pretenda lograr sea el mismo.

Al mismo tiempo que definimos cómo debe ser nuestra comunicación en el ámbito de las relaciones laborales, debemos considerar elementos tales como la necesidad, la oportunidad, la estrategia, la historia (cómo se ha afrontado situaciones pasadas similares a la actual en el pasado), la obligación (en términos individuales para el responsable o responsables de la emisión de la comunicación), así como la reactividad o proactividad en cada momento, y los medios o herramientas a nuestra disposición, elementos todos que deberemos ubicar en el mapa de públicos previamente identificado.

Sólo planteándonos la comunicación desde una perspectiva estratégica y considerando todas las vertientes que implica (aquí hemos citado algunas de ellas), podremos afrontar con cierta solvencia situaciones más o menos críticas. Una buena comunicación nos permitirá posicionarnos en aquellos temas y aspectos debatidos o a debatir, procurando cubrir todo el espectro de destinatarios, evitando la pérdida por el camino, creando desinformación -cuando llegan- o incluso, falta de credibilidad y falta de solvencia cuando ya se ha formado una opinión sobre un tema concreto.